miércoles, 22 de noviembre de 2006

Gutiérrez


José María Gutiérrez Hernández. 30 años. Centrocampista, Extremo, Mediapunta y Delantero. 3 Copas de Europa, 3 Ligas, 2 Copas Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa, 2 Supercopas de España. Campeón Europeo sub 21 y sub 18.

Auténtico amo y señor de la creatividad en un Real Madrid llamado a resurgir de sus cenizas, a las que le han llevado una serie de entrenadores más empecinados en jugar con vendedores de camisetas (como el mascachapas de Beckham) que en crear fútbol.

Hace unos 10 años que le vi jugar por primera vez, en el antiguo estadio de La Rosaleda. Fui con mi hermano pequeño (que es más del Barsa que Laporta) y ambos flipábamos viéndolo tocar la pelota en el calentamiento. Mira - comentábamos con algunos de los que estábamos sentados juntos-, ése es Redondo - decían otros, por su parecido físico de entonces-... Dios, que clase tiene el tío, cómo toca la pelota. Por aquel entonces comenzaba a nacer lo que se conocía como "La Quinta del Mini" de la que formaban parte Gutiérrez, Raúl, García Calvo, Fernando Sanz y Sandro.

Escuchamos el Once inicial y sorprendidos todos escuchamos "Guti". ¿Guti? ¿Quién coño es Guti? Guti fue el chaval que marcó dos goles, dio el tercero y provocó el Penalti que el portero se dejó que le metiera Hierro.

Pasaron los años y tras ver cómo entrenador tras entrenador le relegaba al banquillo, llegó Vicente del Bosque que lo conocía de su etapa de Juvenil y nos destapó al gran Guti que hoy vemos de nuevo. Un jugador libre en el campo, que se dedica a crear. La tercera Copa de Europa fue en parte a su grandísima compenetración con Zidane y a que jugó muchos partidos de Delantero Centro, puesto en el que se acopló sin problemas. Le he visto jugar en casi todas las posiciones del medio hacia arriba (Incluso alguna vez ha jugado varios minutos de central). Junto a Ronaldo vimos al que quizás puede ser el mejor Guti (quitando al de ahora), dándole el último título conseguido al Real Madrid (aquel año también se ganó la Supercopa de Europa y la Intercontinental). Aquella liga fue el último trofeo que se levantó en el Bernabeu.

Luego llegó el vendedor de camisetas. Ese pedazo de bastardo que se zumba a la gran cantante de aquel gran grupo llamado Spice Girls. Todos daban por hecho que Guti se iría al Banquillo. Curiosamente, desde que el top-model llegó el Madrid no gana ni a las chapas. Año tras año hemos visto jugar a este señor del que dicen que tiene un guante en el pie, porque pone los balones como nadie... eso sí como Curro (el torero). Cuando le sale - que suele ser uno de cada veinte balones que pone -. Que tira faltas como nadie, con la misma estadística de antes. Eso sí, él seguía en el campo por si había una falta que tirar y sonaba la flauta.

El año pasado parecía que por fin iba a llegar su momento y tampoco. Se convirtió en el jugador de las segundas partes.

Este año, tras lesionarse Raúl y con la considerable baja del gran genio Zidane, estaba claro que si no jugaba era para coger y mandar al entrenador a su casa a hacerle las tareas domésticas a su mujer. Pues bien, se ha demostrado que el Real Madrid es Guti. Sin Guti, no existe Madrid. Se juega al pelotazo, esperando una falta, un córner o una jugada a balón parado que haga que suene la flauta. Este año por fin el vendedor de camisetas está donde tiene que estar, que es limpiando el asiento con su culo millonario.

Guti es un jugador que se entrega como nadie y el único que tuvo cojones de decirle a Raúl un día que trataba de arengarle, que él sabe mejor que nadie lo que es sentir el Real Madrid y que ningún niño que viniera del Atlético le tenía que contar lo que significa ser madridista.

Y dejemos aparte el tema de su participación con la Selección Española, porque eso me daría para mucho más. Eso sí, el gran Fernando Torres, esa pedazo de mierdecilla con patas que el As, el Marca y José Ramón de la Morena nos han vendido como un gran jugador (que es una puta mierda pinchada en un palo), ese que marca un gol de cada treinta y seis tiros a puerta que hace (así marca hasta Gregorie House, el médico cojo) es titular indiscutible. Así nos va.

Salgamos todos a nuestros balcones y gritemos con fuerza.

Borracho, cabrón ¡GUTI SELECCIÓN!

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