lunes, 12 de enero de 2009

Tristante

Jerónimo Salmerón Tristante, de treintaymuchos años de edad y residente en Murcia es otro de esos escritores que merece una singular mención en estas reflexiones.

No sólo por ser un escritor que me ha hecho pasar buenos momentos con su oficio a la hora de poner negro sobre blanco, con sus personajes y sus historias, sino por todo la amistad que me ha unido a él en fechas recientes. Amistad que ya nos hace considerarnos hermanos, por lo que todo lo que diga aquí puede pecar de subjetivo. Es lo que hay, al que no le guste que le dé a la X de arriba a la derecha.

Porque siendo un escritor al que le han puesto una calle en su ciudad, algo debe haber hecho bien. Claro, que siendo como es escritor de éxito, con un nivel más que aceptable no solo de ventas, sino de crítica de todos cuantos lo leen (excepto alguna que otra de la que ya hablaré en su momento), que no lea a Kierkegaard (o como mierda se escriba), que se preocupe por los que le leen y sobre todo, que me tenga en estima, es algo que escapa a los límites de la lógica humana y/o/u jupiteriana.

En breve espero volver a compartir mesa y micrófono con él. Me consta el enorme esfuerzo que está haciendo para poder estar en Málaga para la puesta de largo del proyecto que estrenamos en marzo. Si al final puede acudir, la que se puede liar será de órdago. Sumen a Biedma, de Paz, Magano y Ericson y ya tenemos un repoker digno de hacer historia.

Sirva esta entrada única y exclusivamente para hacerle saber que lo quiero, y si no fuera porque tengo clara mi sexualidad, se vería envuelto en un severo problema de acoso y derribo de parte de este humilde admirador, compañero, amigo y hermano.

En Marzo, más... y esperemos que mejor.

lunes, 5 de enero de 2009

Biedma

Juan Ramón Biedma es de esos autores que te marcan.

Su prosa peculiar, sus personajes oscuros y atípicos, su descripción de una Sevilla distinta a la que se nos vende constantemente y otras muchas características que dejaré para aquellos a los que les interese adentrarse en su obra, hacen de él un valor seguro para aquellos que nos gusta la literatura que tiene algo nuevo que ofrecer.

Mi hermano Jerónimo es de los que piensa que no hay nada nuevo bajo el sol y yo estoy convencido de que se equivoca. Cada historia de Biedma que he leído me ha hecho convencerme de que este tipo tiene algún As escondido en la manga, y aún así sigue jugando sin tener que recurrir a él.

Y es que aunque algunos califiquen su obra de extremadamente gore por las descripciones en las muertes de algunos personajes, no deja de ser un elemento más en el que la originalidad es lo que prima. Su Sevilla oscura, esa Sevilla que aunque muchos no lo crean existe, es lo que me hizo empezar a leerle. Uno puede apreciar bastante mejor una historia si conoce los lugares de los que habla. Sus personajes se pueden tocar y cuando acabas la novela los conoces como si llevaran contigo toda la vida.

En mi particular doctorado en el autor y tras leer todas sus obras (me falta Riven, que aún no ha llegado al Sur... pero ya hemos puesto remedio), no puedo sino corroborar que en cada historia te deja con ganas de más y con la incertidumbre de si seguir adelante, pues no tienes del todo claro si mantendrá el nivel. Y el problema es que esto tiene pinta de no acabar y de que tenemos Biedma para rato, lo cual es una muy buena noticia para mi salud mental y una mala noticia para la jefa, que tiene que darme por "missing" cuando me sumerjo en sus historias.

Esperando "El humo en la botella" y lo que tenga que venir, sólo me queda reconocer que hace tiempo que dejé de creer en Dios para creer en Biedma. Él me ha devuelto la esperanza de que hay algo en lo que seguir teniendo fe.