viernes, 15 de junio de 2007

III. La sala donde se proyectan

Continúo en esta extraña reunión donde no entiendo ni una sola palabra de lo que han querido decirme.

De pronto Julia interviene.

- A ver cómo podemos explicártelo. Somoza es un escritor cuya obra encierra muchas claves ocultas y una de ellas es que Roquedal como tal no existe.
- No me irás a soltar un rollo sobre los templarios y los muertos del código daVinci.
- No hombre, no seas tonto - me dice con una sonrisa espontánea; ¡mi madre!, cómo transmite confianza esta mujer con sólo una mirada -. No son sobre el fin del apocalipsis, ni esas chorradas. Somoza nos habla de diversas teorías de todo tipo, pero aunque están ahí y algunos llevamos tiempo estudiándolas, no logramos descifrar cuál es el auténtico mensaje que encierran algunas de sus obras. Supongo que te estoy haciendo un lío.
- Un poco sí. A ver si te explicas mejor.
- Por ejemplo, sobre Roquedal, Somoza afirma que Roquedal como tal no existe, es sólo una superposición de diferentes lugares. Es como si fuesen fotogramas de una película. Distintas imágenes de distintos lugares que al ponerse una sobre otra crean un lugar distinto, que es Roquedal. La sala donde se proyecta.
- ¿Como si fueran distintos mundos?
- No exactamente - añade Edmundo -.A ver, es demasiada información de golpe, no sé si sabrías asimilarla así sin más. Por ponerte otro ejemplo, Somoza, en su libro ZigZag habla de la posibilidad de poder ver el pasado. Son distintas teorías en distintas obras.
- ¿Pero estáis majaras o qué os pasa? - la interrumpo -. Eso son chorradas. Vaya de panda de tarados.
JANGEL interviene
- Mira, yo soy físico/matemático y aunque encuentro cosas realmente absurdas en sus teorías (suponemos que para despistar), hay otras que son reales y que por mucho que nos parezca absurdo, te aseguro que deja cierto margen de posibilidades reales.
- ¿Y vosotros os dedicáis a investigar esas teorías?
- No exactamente. Nosotros somos un club de admiradores de su obra, que intentamos descifrar sus claves ocultas, no para ponerlas en práctica, ni para dominar el mundo, sino para entender el porqué. No sólo está ese caso en particular, sino que creemos que cada obra encierra una pieza oculta que al final dará lugar a un gran puzzle. Ese puzzle es el que tratamos de encajar.
- Vaya, que igual dentro de unos meses creéis leer que el fin del mundo está cercano y organizáis un suicidio colectivo.
- Me caes bien chaval - Inteviene Phibs -. Éste piensa igual que yo al principio. A ver compi, te lo voy a explicar tal como yo lo entendí. No somos zumbados. Simplemente somos gente que disfruta de la literatura y que dedica una parte de su tiempo a tratar de ver mensajes ocultos de un autor, no para salvar al mundo ni porque queramos viajar al país de Superman (para eso nos fumamos unos trócolos y arreglado) - Todos se ríen ante su comentario -. Lo hacemos porque nos fascina su forma de ser, de escribir y las historias que nos cuenta. Si además podemos demostrar que todo tiene un significado más allá de entretener, pues que así sea.

No sé si pensar que esta gente está realmente zumbada o que realmente sea posible no que existan esas teorías, sino que ellos las crean, lo cual nos lleva al primer punto. Tarados. Me pregunto cuál es mi papel en todo esto y por qué me están contando sus teorías. Veo que todos miran hacia mi espalda, como si viniera alguien. Me vuelvo y veo a Haidé, la chica que me atendió al llegar y a Agatha, la chica de la playa. Ahora que la veo de nuevo me parece mucho más bella que la primera vez. No puede ser, estoy notando como si algo se moviera dentro de mí.

- Hola guapetón - me saluda y se acerca a besarme en la mejilla.
- Hola... ¿qué tal tu paseo por la playa?
- Bien. ¿Le habéis puesto ya al corriente de todo?
- Espera un momento¿Qué se supone que pinto yo en todo esto? - pregunto sorprendido.
- Queremos que conozcas a una persona.
- ¿Al gran Somoza? ¿Cómo lo llamáis? ¿El Iluminado? ¿El Supremo? ¿El Gran Conspirador?

Todos ríen antes mis ocurrencias, como si hubiera hecho un chiste. Phibs se me acerca y me dice al oído.

- Si no fuera porque Agatha te vio primero te comería enterito... Qué rico que eres.

Notan que me he sonrojado y Lucía habla.

- No te preocupes, que es sólo una broma. Ed, acompáñalo a verlo.
- ¿A ver a quién? - Pregunto entre preocupado y desconcertado mientras sigo a Edmundo que casi me arrastra tras de sí y miro hacia atrás como esperando una respuesta.
- Al Ekilibrio - Responden al unísono.





* Éste capítulo fue inspirado por la música de Loreena McKennit en su álbum The Visit

1 comentario:

juliaduce@gmail.com dijo...

No se si leeras esto que veo tu blog pelin abandonado, supongo que la obligaciones de ser padre.

Me ha dado saludos para ti JoseCarlos Somoza, y tambine me ha comentado que tiene intencon de recuperar el escenario de estas historias.
Un saludo Julia